Tormenta de nieve


pinos-nevados
El pasado viernes 8 de Febrero cayó la tormenta de nieve más grande en 5 años sobre la gran área de Toronto. Dicen que cayó tanta nieve, que si hundías una regla de 30 cm para medir la profundidad, la regla se te perdía.

Me llamó mucho la atención la cobertura noticiosa de esta tormenta. Apartando el hecho de que los medios en general todo lo exageran, lo más curioso fué ver que los canadienses andaban todos sorprendidos y hasta nerviosos con ese evento climático. Parece que no es normal que caiga toda esa nieve junta, en un solo día, en esta zona.

Cuando vivíamos en Venezuela, teníamos la idea de que el invierno canadiense era como ese día de tormenta, pero todos los días y durante 4 largos meses. Definitivamente, teníamos una percepción distorsionada de la realidad, quizás por la exageración de los medios, quizás por nuestra propia ansiedad de emigrar a Canadá, quizás por que en Venezuela todavían creen que en Canadá la gente vive en iglús, y sólo se come y se respira frío y nieve.

Gracias a que pensábamos de esa manera, este primer invierno nos ha dejado gratamente sorprendidos. No importa si los locales opinan que ha sido suave o severo, para nosotros ha sido sabroso, por el simple hecho de que nos preparamos mentalmente para lo peor, y nos encontramos con un clima que hemos podido manejar perfectamente. No me cansaré de repetir que la preparación es la clave: no sólo la ropa y zapatos correctos, sino la actitud. Si el frío y la nieve te son antipáticos, la vas a pasar mal. «Go with the flow » aquí se transforma en «go with the weather«.

Es cierto, si viviéramos en Nunavut o el Yukón, todo lo que nos imaginamos (una pesadilla gélida y blanca, interminable) quizás fuera más cercano a la realidad. Pero resulta que elegimos sabiamente una de las zonas de Canadá con los inviernos más suavecitos. Gracias Dios por eso.

El día de la tormenta, casualmente era P.A. (Professional Activity) Day en el colegio de mi hija, así que ella tenía el día libre de todas maneras y estuvimos tranquilos por ese lado. Desde el día antes, los pronósticos del tiempo venían anunciando la magnitud de la tormenta y era muy difícil no darse por enterado. Winterstorm, blizzard, blowing snow, flurries, fueron los términos que aparecían constantemente en theweathernetwork.com y en las noticias.

Así que Fer tomó sus previsiones y se preparó para trabajar desde casa. Igual nos levantamos muy temprano, prendimos la tele, revisamos las redes sociales y ya en todas partes se anunciaba que la mayoría de los colegios, universidades y otros institutos estaban cerrados. El transporte público estaría operando bajo «winter schedule«, es decir con retrasos o suspensiones parciales del servicio. Las autoridades recomendaban no salir, a menos que fuera extrictamente necesario, debido a la mala condición de las autopistas y la poca visibilidad.

La tormenta básicamente se trató de mucha nieve cayendo constantemente, acompañada de fuertes vientos, durante día y medio. Para mí fué una tormenta «silenciosa» y bien portada, toda una canadiense, si la comparamos con lo que yo conocía hasta ese momento como «tormenta«: mucha lluvia, viento, truenos, relámpagos, techos volando, matas caídas, inundaciones… Definitivamente en el trópico hasta las tormentas son más aparatosas, extrovertidas y caóticas.

El sábado al amanecer ya había cesado, y todos nos despertamos viviendo dentro de una postal. De esas donde la nieve blanquísima lo arropa todo, diluyendo carreteras con arbustos, todo cubierto por un hermoso manto que contrasta con un cielo más azul imposible. Bello.

El día estaba tan hermoso que dolía. No salir a disfrutarlo era imperdonable. Y lo mejor es que AUNQUE UD. NO LO CREA, no hacía tanto frío. -4°C … eso es fresco, a estas alturas del invierno!

Así que agarramos nuestros abrigos y demás aditamentos, y nos fuimos a un parque grandote de Missisauga llamado Erindale Park, donde hay tobogganing hills, o colinas para deslizarse en la nieve como si fuera un tobogán. Allí Sofía y su amiga Luisana se divirtieron lanzándose y revolcándose en la nieve, tal cual como si estuvieran en la playa. Para nosotros los adultos, lo desafiante fué atravesar aquel parque hundiendo nuestros pasos en los 30 cm que lo cubrían, sin morir ahogados en el intento. Ahogados porque es que aquello te dejaba sin aliento, como si estuvieras corriendo un maratón…

walkingsnow

 

Pero lo disfrutamos un montón!

Creo que ésta ha sido una de las experiencias más bonitas de nuestro invierno. Gracias a la tormenta que nos obligó a tomarnos el día libre y quedarnos en casa haciendo cosas divertidas, como decorar el cuarto de Sofía y ver películas. Gracias a que pudimos salir al día siguiente, visitar un parque, disfrutar del sol, hundirnos en nieve, compartir con amigos, hacer tobogganing, sentirnos felices.

Puedo decir que ese día el invierno nos trató muy bien, y nos hizo sentir nuevamente agradecidos de haber llegado tan lejos, y de vivir en Canadá.

6 comentarios en “Tormenta de nieve

  1. Pingback: La nieve y su lado feo | Del Calor al Frío

  2. Hola Karla! Por lo que he leído en tu Blog pienso que el secreto de vivir feliz en Canadá depende únicamente del vestuario y de la actitud, y ustedes tienen bastante de esas dos… me alegro que les esté yendo bien…

    Imagino que ya se acostumbraron al frío, porque -4°C es como que mucho frío! Diosssss….. Ustedes mejor que nadie saben que aquí casi siempre superan los +40°C de sensación térmica y eso es cuando no hay mucho calor…

    Un Abrazo.

  3. Wow! We didn’t have it so bad in Ottawa… or maybe I’m too Canadian to notice 😆 But it didn’t seem as bad as the two storms around Christmas.

  4. Wow! We didn’t have it so bad in Ottawa… or maybe I’m too Canadian to notice 😆 But it didn’t seem as bad as the two storms around Christmas.

    • People here were pretty worried about the storm aftermath, instead we were crossing our fingers and hoping that the weather stayed fine to go tobogganing the next day. Shame of us! 😉

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