El clima que nos espera

Vivo en Maracaibo, una de las ciudades más calurosas de Venezuela, y aunque Google diga que su temperatura promedio oscila entre los 29°C y los 32°C, hay meses en los que hemos tenido hasta 40°C (comprobado).

En general, en Maracaibo hace bastante-pero-bastante calor la mayor parte del año. Son legendarias las temperaturas cuarentonas en los meses de julio y agosto, en los que nos sentimos viviendo literalmente dentro de un horno y tenemos que usar el aire acondicionado en todas partes y a su máxima potencia. En la temporada de lluvias se refresca un poco el ambiente, y hasta llegamos a sentir «friíto», sobre todo por las mañanas. Pero hasta ahí.

Como el calor está siempre presente, marcando pauta en la vida de esta ciudad, es normal que nuestro modo de ser, vestir y hasta comer gire en torno a las altas temperaturas. Por culpa del calor, los maracuchos tenemos la fama de ser extrovertidos, alegres, y un poco escandalosos, de todo tenemos una opinión, y en todo queremos saber más que los demás.

Jamás de los jamáses nos hemos preocupado por revisar el estado del tiempo antes de salir de la casa por la mañana, mucho menos comprar todo un ajuar invernal para bajas temperaturas (a menos que sea el suetercito que usamos en la oficina, por aquello del aire acondicionado). El colmo es que el día que amanece lloviendo, muchos se quedan en su casa o se van más tarde al trabajo o al colegio, porque «quien va a salir con esta lluvia» (así sean dos goticas). Esos días nublados, de lluvia y clima de montaña, son para quedarse durmiendo, arropaditos y calentitos. La falta del acostumbrado solazo nos pega y nos ponemos hasta melancólicos, nos apaga el ánimo, nos quita como la energía.

Ahora bien, dentro de nuestro plan de emigrar al frío canadiense, está la toma de conciencia de que allá SI tendremos que preocuparnos por las bruscas variaciones de temperaturas, SI tendremos que lidiar con los cambios de estaciones, SI nos tocará cambiar todo el ropero ligero por uno más abrigado o viceversa, SI debemos hallar la manera de estar alegres en primavera y verano y SEGUIR estando alegres en otoño e invierno…

Fer bromea diciendo que cuando llegue la nieve pasará mucho tiempo afuera haciendo deportes como el ski o el snowboard. Ese día espero tener una filmadora e inmortalizar tan preciado momento. Porque lo que soy yo, la verdad voy a tener que luchar contra las ganas de quedarme hibernando y buscando cualquier excusa para no salir. La actitud y la voluntad serán claves para esta friolenta, porque además, tenemos que darle el ejemplo a Sofia de que con bajas temperaturas también se vive y se disfruta. Sino, porqué nos estaríamos yendo a Canadá después de todo…?